Por qué La Promesa se ha convertido en una serie de culto: un Emmy, fans centennials y larga vida a la telenovela

Nos lo cuenta su creador, Josep Cister Rubio. Lo que han hecho en La Promesa es «poner el retrovisor para ver cómo era la vida en 1913». Y la jugada les ha salido redonda. Porque la serie de época, un novelón con todos los requerimientos del género, presume ya de un Emmy Internacional en la categoría de telenovela. Haciendo historia de la televisión española.

Cister, con muchos episodios a sus espaldas y en su chistera, reconoce que no tiene la fórmula del éxito, aunque a nosotros nos cuesta creerlo. «Si la tuviera, me estaría tomando un mojito en Maldivas en lugar de estar aquí en el polígono», dice irónicamente en medio del rodaje. En cualquier caso, de existir, seguro que se acerca bastante a la suma de gran historia de amor , ambientación histórica y ciertas ansias de venganza. O sea, a La Promesa.

De su triunfo hablan a gritos su medio millar de capítulos en dos intensos años de emisión, un millón de espectadores de media atentos a sus tramas, enredos y giros de guion, múltiples clubs de fans agitando las redes y un 13% de ese termómetro televisivo que es el share. ¿Razones del éxito?

De una parte, «la época te permite maximizar los sentimientos», explica el también productor ejecutivo. «Porque hoy en día sigue habiendo diferencias de clases sociales, pero entonces eran mucho más acusadas. Además de que el papel de la mujer no le permitía hacer muchas cosas». De otra, «es la historia de una familia. Y todos tenemos hermanos, padres, abuelos, tíos, primos, y los líos correspondientes porque ninguna familia es perfecta. Y la de los Luján tampoco lo es, por lo que cualquiera puede verse identificado. Tanto con los de arriba, que es la familia sanguínea, como los de abajo, que es la familia que uno elige, los amigos», detalla Josep Cister.

Josep Cister, creador de La Promesa, en pleno rodaje. /

Lo sorprendente es que entre los fieles de esta serie que se emite de lunes a viernes en TVE a las 17:30, tras La Moderna y antes de Valle Salvaje, hay integrantes de la generación Z : «Nosotros pensábamos que tendríamos al público base que hay a esa hora, que son mujeres mayores de 45 años. Pero la realidad es que hay un montón de jóvenes». Lo sabe porque se ven rodeados de adolescentes a nada que se dejan ver: «Cuando vamos a algún festival se acercan niños de trece, catorce, quince años, a veces hasta más pequeños, a pedirles una foto o un autógrafo a los actores». La serie ha calado; no hay duda. Otra pista de su éxito la da el propio Cister: «Hay muchos actores jóvenes, y puede que por ahí, por la identificación, venga también su popularidad entre ellos».

 

Por qué La Promesa ha ganado un Emmy

 

El Emmy Internacional, que concede la Academia de Artes y Ciencias de la Televisión, ha aupado a La Promesa aún más al olimpo. Pero, como asegura Cister, «nosotros el Emmy lo ganamos todos los días con la audiencia que tenemos en TVE y en RTVE Play. Ahora, por ejemplo, estamos en el número 9 del mundo en HBO Max, y se emite solo en los países de habla hispana. Ese sí es nuestro verdadero Emmy».

No obstante, el premio de Nueva York, que estuvo a punto de caer hace dos años con la serie Dos vidas , les ha sabido a gloria. «Es el fruto del trabajo de toda la gente de Bambú Producciones, que llevamos con las series desde hace 15 años. Somos 180 personas haciendo aquí La Promesa a diario. Y el Emmy te ayuda, te refuerza, te hace ilusión y te anima a seguir adelante», confiesa este creador inagotable. Entre los actores, Ana Garcés, Eva Martín, Manuel Regueiro, Arturo Sancho, María Castro , Joaquín Climent o Sara Molina. De ellos comenta Josep Cister que «son buenísimos profesionales y buenísimas personas. Además, hay un ambiente de trabajo excelente. Siempre les digo que me den el 80% de su talento y el 20% se dediquen a generar buen rollo, que es muy importante. Y en este casting se ha cumplido al 100%».

La otra familia de los Luján en La Promesa.

Rebobinamos ahora, como si La Promesa acabara de empezar. Estamos en los albores del siglo XX, el mundo entero está al borde del abismo, asomándose peligrosamente a la Gran Guerra. Pero en el valle de Los Pedroches, así se anuncia, hay un remanso de paz, La Promesa. Los propietarios de este palacio, los marqueses de Luján, son poderosos terratenientes.

 

Cómo surgió la historia y por qué triunfa

 

¿De dónde surgió esta historia? Habla Cister: «Por una parte, quería contar algo sobre el arranque de la aviación en España, que tuvo lugar hacia 1910-1915. Y, por otra, la historia de una mujer a la que le han arrebatado a su familia y busca venganza. Uní las dos ideas en un mismo texto y surgió La Promesa».

Una serie de época en plena modernidad tecnológica con las redes sociales ardiendo de inmediatez y la prisa acelerándonos a todas horas. ¿Extraño? No tanto: «En un mundo donde todos vamos a toda velocidad todo el rato, proponemos 50 minutos en los que vas viendo tranquilamente el día a día de una familia sanguínea y de otra que se elige. Es un momento de pausa para entretenerte. Como el reposo del guerrero».

La historia prometía, el envoltorio técnico, artístico y visual la avalaba y la ocasión parecía propicia: «Hacía un par de años que no estaban Acacias 38 y El secreto de Puente Viejo , y se estaban emitiendo series de otros países. Aparecimos en un momento oportuno con un producto nuestro para nuestro público, no había saturación y la gente se enganchó», argumenta.

Otro momento del rodaje con Josep Cister dando indicaciones. /

Otro momento del rodaje con Josep Cister dando indicaciones. / / bambú producciones

Cister es un crack en esto de las series. Su mente a mil por hora está también detrás de Valle Salvaje, que es el más difícil todavía, porque ya no es el recién estrenado siglo XX, sino el corazón del XVIII. Admite que «eso ya es una locura importante y un reto mayúsculo para abordarlo en un formato diario». Sin embargo, también es carne de top 10 mundial en Netflix, donde se puede ver veinticuatro horas después de su pase en TVE.

En cuanto a La Promesa, todo apunta a que hay serie para rato. «Nos quedan muchas historias que contar», adelanta Josep Cister. Así que la continuidad dependerá de que TVE y el público así lo quieran. Lo que nos queda claro es que corren buenos tiempos para la telenovela, las historias pasionales de siempre y todavía. Cister, por su parte, va de su pizarra al plató en jornadas maratonianas y de lunes a domingo. «¿Tú ves que la tele se apague en algún momento? Mi vida tampoco», sentencia con un entusiasmo a prueba de prime time.