Michel Tejerina dice adiós a su rol como Pelayo en ‘La Promesa’ con un final impactante: “decide poner por delante lo correcto a lo fácil”

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Los creadores de telenovelas nacionales saben muy bien que para alcanzar el éxito en este tipo de producciones tienen que hacerlas atractivas en lo visual, adictivas en sus tramas y dinámicas, con constante trasiego de personajes. Así, cada cierto tiempo, damos la bienvenida y decimos adiós a roles que han marcado las series diarias. En ‘La Promesa’ siempre han entendido bien estas claves y por eso, durante unos meses, hemos podido disfrutar del valor añadido que Michel Tejerina aportó a la ficción convertido en Pelayo, el Conde de Añil. Su entrada en el palacio fue abrupto, plagado de engaños, pero por el camino acabó encontrando sentimientos inesperados en Catalina. Junto a ella descubrió que cualquiera de sus estratagemas no valían nada sin su amor y, como muestra de honestidad, acabó revelando sus trapicheos ocultos, poniendo en jaque su relación. Meses después, se dieron otra oportunidad, pero esta vez el peso de la verdad era aún más fuerte y un Pelayo mucho más sincero que la primera vez, decidió apartarse del camino de Catalina, aunque cometió el error de herirla del peor modo al dejarla plantada en el altar. Tras estos hechos, faltaba entre ellos unas palabras que aclarasen las cosas y parece que por fin, han podido zanjar sus rencillas. Pelayo y Catalina se han despedido y, por tanto, Michel Tejerina ha dicho el adiós definitivo a ‘La Promesa’. Os contamos cómo fue la secuencia final entre el Conde de Añil y la primogénita del Marqués de Luján.

Michel Tejerina dice adiós a su rol como Pelayo en ‘La Promesa’ con un final impactante: “decide poner por delante lo correcto a lo fácil”

Se podía intuir ya hace unos capítulos. El futuro de Pelayo en ‘La Promesa’ estaba condenado. La preparación de su boda con Catalina mostraba, capítulo a capítulo, cómo el Conde de Añil se iba agobiando más con la cercanía del evento y asumir la paternidad del niño que espera la que iba a ser su esposa. Pero ni el amor ha podido con la presión y, finalmente, decidió romper el compromiso. el problema es que, en lugar de hablarlo de forma clara con ella, optó por huir dejándole una carta de disculpa. Desde entonces Catalina anduvo penando por el palacio, hundida por su abandono y con la vigilancia constante de Martina. Sin embargo, la joven se encontró en los jardines a Pelayo que, tras haber reflexionado sobre sus actos, consideró necesario volver a ‘La Promesa’ para dar explicaciones, esta vez sí, cara a cara, a Catalina.

Ella, sacando fuerzas de flaqueza, decidió aceptar el encuentro. Lo que no sabíamos es que ese cara a cara iba a ser tan intenso, ni tan definitivo. Tras una tanda de reproches, ambos decidieron sincerarse y, por dolorosa que fuese la verdad, por el amor que se tenían, tanto Catalina como Pelayo optaron por entender los motivos del otro. Ella tuvo que comprender los reparos del Conde de Añil para formalizar un matrimonio que todavía se guardaba secretos y él empatizó con el sufrimiento de ella y las incertidumbres que le sobrevienen ahora que la maternidad se acerca. Al final, tal como el propio Michel Tejerina ha reconocido en una entrevista a RTVE, su personaje “decide poner por delante lo correcto a lo fácil” y regresar al palacio, optar por la honestidad, y ofrecer explicaciones a la mujer que ama aunque sepa que, en este caso, el amor no lo puede todo.

Pero lo más emocionante es que Carmen Asecas y Michel Tejerina consiguieron imprimir en la secuencia ese punto entre el cariño y la nostalgia de quien sabe que ya no se va a ver más, quizá ayudados por los propios sentimientos que ellos como actores afrontaban dado que, efectivamente, esa era la última escena que grabarían juntos.