Jesús intenta provocar a Joaquín, mientras Miriam lo escucha todo – Sueños de Libertad

En un tenso enfrentamiento, Jesús vuelve a demostrar su habilidad para manipular y provocar, centrándose esta vez en Joaquín. Con sarcasmo y resentimiento, lo acusa de haber perdido todo debido a su “ridícula integridad”, algo que asegura lo saca de quicio.

Mientras Miriam escucha cada palabra, Jesús no pierde la oportunidad de mencionarla, insinuando que Joaquín no la ha despedido porque le gusta más de lo que admite. Sin embargo, Joaquín, cansado de los constantes ataques, responde que Jesús ya logró arruinar su vida, por lo que no entiende por qué sigue interfiriendo.

Jesús, lejos de sentirse satisfecho, confiesa que no ha conseguido lo que realmente quería: las tierras que ahora pertenecen a Joaquín. Aunque asegura que tarde o temprano las recuperará, añade con crueldad que Joaquín jamás logrará recuperar a Gema, especialmente mientras Miriam siga en su vida como secretaria.

El enfrentamiento escala cuando Jesús acusa a Joaquín de cobardía por no haber despedido a Miriam, sabiendo que eso era lo que Gema deseaba. Joaquín se defiende, afirmando que no es cobardía, sino ética, algo que Jesús nunca entendería. Sin embargo, Jesús responde con burla, insistiendo en que es precisamente esa integridad lo que lo enfurece.

Finalmente, Jesús abandona la escena, no sin antes advertir que se va para evitar hacer algo de lo que pueda arrepentirse. La tensión queda en el aire mientras Miriam, testigo silenciosa, se pregunta qué papel juega en este complicado triángulo de emociones y traiciones.