En una noche tranquila, Joaquín aparece inesperadamente en casa, sorprendiendo a Gema. “¿Qué haces aquí a estas horas?”, le pregunta ella con curiosidad. Con una sonrisa, Joaquín responde: “Necesitaba ver a la mujer más guapa de Toledo”. Gema, halagada, bromea: “¿Qué habrás hecho para tener que pedir perdón?”, a lo que Joaquín, cariñoso, asegura que no se trata de nada malo.
La conversación pronto gira en torno al amor y al tiempo. Gema menciona algo que escuchó en la radio: “Decían que el enamoramiento no dura para siempre, pero si lo cultivas, puede mantenerse.” Joaquín, tomándola por sorpresa, le responde con una muestra de cariño inesperada: “Por eso, he pensado en una sorpresa para nosotros.”
Ante la intriga de Gema, Joaquín saca de su bolsillo dos billetes de tren. “¡Nos vamos a Córdoba! He reservado dos noches de hotel.” Gema, emocionada, apenas puede contener su alegría. Joaquín le explica que no solo quiere visitar la mezquita, sino que su verdadera intención es pasar tiempo a solas con ella y dejar atrás los problemas que les rodean.
Conmovida, Gema acepta emocionada: “Me muero de ganas de estar a solas contigo.” Entre risas y abrazos, ambos planean su escapada, renovando la chispa de su relación y demostrando que, incluso en tiempos difíciles, el amor sigue siendo el motor que los une.
