En una escalofriante y tensa secuencia, Marta decide tomar la justicia en sus propias manos tras enterarse de los terribles actos de Santiago hacia Fina. La escena comienza con un enfrentamiento directo entre Marta y Santiago, en el que ella le exige explicaciones y justicia. “Tienes que pagar por lo que has hecho,” declara Marta con firmeza, acusándolo de intentar violar a su empleada y subrayando que no permitirá que quede impune.
Santiago, arrogante y sin mostrar arrepentimiento, trata de justificar sus acciones, desestimando la denuncia retirada y burlándose de Marta. “Si tan hombre eres, asume tu culpa y págala,” le espeta Marta, enfrentándolo con una intensidad que pone de manifiesto su desprecio hacia él. Santiago intenta menospreciarla, sugiriendo que sus motivaciones son personales y acusándola de ser una mujer llena de odio hacia los hombres.
A pesar de sus palabras, Marta no se deja intimidar. Deja claro que no solo actúa como empleadora responsable, sino también como una mujer cansada de ver cómo se perpetúan injusticias como esta. Cuando Santiago revela que planea huir a Lanzarote en pocos días, Marta ve la urgencia de actuar.
En una sorprendente vuelta de tuerca, Marta revela su jugada maestra: ha contratado a un matón para asegurarse de que Santiago enfrente las consecuencias de sus actos. “Entrégate, canalla, o enfrentarás algo mucho peor,” le advierte en un tono frío y decidido. La tensión alcanza su punto máximo cuando Marta, consciente del peligro que representa Santiago, demuestra que está dispuesta a todo para proteger a sus empleados y restaurar la justicia.
Este impactante giro deja al público al borde del asiento, preguntándose si Santiago logrará escapar o si finalmente enfrentará el castigo que merece.